Page 226 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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2 Egido León, Ángeles, “Azaña y He- rriot”, en Egido León, Ángeles (ed.), Azaña y los otros, Biblioteca Nueva, Madrid, 2001, pp. 103-126.
3 Acedo Colunga, Felipe, general, Calvo Sotelo (La verdad de una muerte), Barcelona, Editorial AHR, 1957, pp. 212-216.
4 Blasco de la Llave, Laura, “L’Ac- tion Française ante la guerra civil española. Simpatías pronacionales de un movimiento”, en Revista de Estu- dios Políticos (nueva época), núm. 167, enero-marzo de 2015, p. 221.
permanente ebullición se presentaban habitualmente con colores bastante negros. La propagación de infundios era constante. El propio embajador francés, Jean Herbette, se quejaba de ello. Los comentarios negativos tenían una repercusión desagradable en España tanto en la clase política como en los medios que la alimentaban. Por desgracia, no era posible hacer mucho al respecto.
En este contexto general, el anuncio de la visita del presidente del Consejo y ministro de Asuntos Exteriores, Édouard Herriot, a Madrid del 31 de octubre al 2 de noviembre de 1932, estudiado por Denéchère desde el punto de vista francés y por una historiadora española con mayor deteni- miento2, había generado en París numerosos comentarios y, con frecuencia, exagerados. Destacaron por su combatividad y agresividad los del periódi- co semanal Je Suis Partout, antiparlamentario, antidemócrata, nacionalista e influido por el pensamiento maurrasiano. Muchos de sus redactores esta- ban más o menos relacionados con la Action Française. Esta, a su vez, había servido de modelo a la Acción Española, el gran órgano de los intelectuales monárquicos españoles y ferozmente antirrepublicano.
Entre los comentaristas más influyentes por su empecinamiento contra la República destacaron dos. Uno, René Richard, resaltó el viaje de Herriot a Madrid con el título de “Monsieur Herriot humillado”. Era el especialista de temas ibéricos en el semanario y furibundo anticomunista. Se quejó del trato dispensado al político francés y, con él, a la propia Francia. Ni que decir tiene que, tan pronto estalló la Guerra Civil, se hizo ferviente parti- dario de Franco. Un miembro franco-colombiano de la Action Française, Armand Magescas, publicó otro artículo con el título “Pobre España”. Se- gún uno de los numerosos hagiógrafos de Calvo Sotelo y exfiscal del ejér- cito de ocupación en la Guerra Civil3, tenía como meta acercar al político español a los intelectuales de Action Française, con los que ya se codeaban los más duros del exilio monárquico español. Incluso, en 1933, dio a la luz bajo su propio nombre una segunda versión ampliada siguiendo la tónica del opúsculo precedente. Le faltó tiempo para, en agosto de 1936 y por mediación de Antonio Goicoechea, ponerse en contacto con Mola para sugerir la creación de una bandera de voluntarios franceses bajo la advoca- ción de Juana de Arco, tal y como ha destacado una historiadora española4. En general, en Francia la prensa de derechas seguiría condenando las refor- mas republicanas y la de extrema derecha continuó atacando violentamen- te el régimen republicano.
Es curioso releer a la vista del opúsculo anterior ciertos comentarios de Je Suis Partout del 5 de noviembre de 1932. En un artículo, sin firma, titu- lado “Sous une main de fer”, el autor se hizo eco de los centenares de cartas que se recibían de España llenas de gritos de dolor de testimonios impoten- tes, reclamaciones de propietarios expoliados, quejas de madres e hijas de deportados a África sin el menor juicio, etc. A la vez, la redacción aprove-
Conspiración monárquica: Azaña en la diana 225



























































































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