Page 68 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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 Manuel Azaña
Informe sobre la deuda hipotecaria del Ateneo de Madrid
Madrid, Imp. Suc. de M. Minuesa de los Ríos, 1913
Biblioteca Nacional de España. VC 503/27
5 Heraldo de Madrid, 14 de marzo de 1930.
6 Ruiz Salvador, Antonio, Ateneo, Dictadura y República, Valencia, Fer- nando Torres-Editor, 1976.
cios de la casa, en la que manifestaba: “su irrevo- cable propósito de no aceptar cargo alguno en la Junta de Gobierno, por lo que habrá de repetirse la votación para proveer el cargo de depositario”5.
Este comunicado de Azaña parece que originó con- fusión en muchos socios, que, a pesar de que, efec- tivamente, el candidato a depositario figuraba en la papeleta de la candidatura, que en el tradicional sistema del Ateneo se hace mediante listas abiertas, optaron por no votarle, por lo que sus votos fueron muy inferiores a los del resto de la candidatura: Gregorio Marañón (presidente, con 721 votos), Gustavo Pittaluga (vicepresidente primero, 725 votos), Luis Jiménez de Asúa (vicepresidente se- gundo, 723 votos), Antonio Dubois (vocal prime- ro, 733 votos), Eduardo Bonilla (vocal segundo, 726 votos), Isidoro Vergara (contador, 753 votos), Manuel Azaña (depositario, 382 votos), Agustín Millares (bibliotecario, 757 votos), Luis de Tapia (secretario primero, 747 votos), José Antonio Bal- bontín (secretario segundo, 710 votos) y Clara Campoamor (secretario tercero, 478 votos).
Para conocer este periodo de la vida del Ateneo de Madrid hay que acudir al más solvente estudio de aquellos años de la entidad, es decir, el libro de Antonio Ruiz Salvador, que considera que:
De esta elección surge el detalle interesante de los pocos votos recibidos por Manuel Azaña, bien conocido en el Ateneo por su labor como se- cretario primero (1913-1920), y cuya intervención en el Círculo de Bellas Artes debería haber sido agradecida con más votos. Es posible, desde luego, que muchos que hubieran votado al presidente de Acción Republicana no lo hicieran siguiendo sus deseos6.
A pesar de estas discrepancias jurídicas, Azaña aceptó finalmente el resulta- do y se incorporó como depositario a la Junta de Gobierno. Durante estos tres meses previos a las elecciones reglamentarias de finales de mayo, apar- te de estar presente como miembro de la directiva en algunos actos, como la recepción de Miguel de Unamuno a su regreso del exilio, también le sirvieron para tomar nota de la situación económica en la que la junta facciosa había dejado a la Docta Casa, así como de las obras y moderniza- ción de mobiliario que había que hacer, tras años de dejadez y desidia, además de reanudar la compra de libros, revistas y otras publicaciones que la junta facciosa había abandonado.
manuel azaña y el ateneo de madrid, una relación agridulce 67























































































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