Page 44 - Nada temas, dice ella
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pues todos los seres nacen del cuerpo de una mujer. La mujer es la ventana abierta, dice Lao­Tse. Perder el miedo a la autonomía y al poder femeninos
y transformarlo en reconocimiento y cooperación sigue siendo una tarea psicopolítica pendiente que a veces hay que empezar en la propia habitación, en las estancias propias. «Me parece os será consuelo deleitaros en este castillo interior, pues sin licencia de los supe­ riores, podéis entraros y pasearos por él a cualquier hora», decía Teresa en el epílogo del Castillo interior, desplazan­ do con ello el principio de autoridad.
La cal, la madera y la pobreza mate­ rial de sus conventos eran fundamen­ tales para crear un entorno propicio a la oración de quietud, a los paseos por el castillo del alma. Además de apoyar­ se en esas «ficciones», como ella misma las denominaba, en el noveno capítulo del Libro de la vida Teresa se definió a
sí misma como «amiga de imágenes», pues reconoció sus sufrimientos en una imagen de un Cristo sangrante y, a partir de esa visión, inició su «con­ versión», su camino de renovación ética y estética. Y se convirtió también en parte de la corriente antiluterana de la Contrarreforma.
La exposición Nada temas, dice ella no pretende ser un ejercicio na­ rrativo o descriptivo sobre la vida de Teresa de Ávila, sino reivindicar su condición y su palabra de mujer. Las obras seleccionadas conectan con su audacia, su atrevimiento y su tesón
para comprender que la misión más importante de cada ser es encontrar
el propósito de la propia vida. Y ese propósito es precisamente la fuerza que lleva a los artistas a dar forma a sus visiones una y otra vez, a probar, destruir y reiniciar. El cultivo cons­ ciente y continuado de sus propios dones hace que los artistas emprendan caminos para intentar llegar al éxtasis de la verdadera creación. De la misma forma, al invitarle a participar en la renovación de la Orden del Carmelo, Teresa ofreció a Juan de la Cruz un camino radical hacia «el riesgo y el cambio, la perfección y la utopía»9
y propició así que desde la «soledad sonora» surgieran los más elevados versos de la mística universal. Los artistas y las obras de esta exposición manifiestan de múltiples maneras su necesidad de acercarse al misterio de la existencia, tal como indica el sub­ título de la muestra: «Cuando el arte revela verdades místicas». La mística es un camino difícil de acercamiento a lo real entendido como lo más ele­ vado, lo más verdadero, el misterio de la comunión entre el yo y el todo.
Al presentarse en las tres extraor­ dinarias sedes del Museo Nacional de Escultura en Valladolid –el Colegio
de San Gregorio, el palacio de Villena y la Casa del Sol– y expandirse a otros lugares de uso público, la exposición Nada temas, dice ella juega con una me­ todología contemporánea que ha am­ pliado los límites del museo, que lo ha
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