Page 31 - Anuario AC/E de cultura digital 2017
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manera crítica en una industria acostumbrada a vivir en la opulencia.
En este sentido os recomiendo leer «Un
artículo sobre la piratería que no va a gustar
a nadie» (http://www.lavanguardia.com/cul- tura/20120628/54318080002/un-articulo-sobre- la-pirateria-que-no-va-a-gustar-a-nadie.html), del que me gustaría subrayar algunas ideas:
Lo cierto es que la piratería afecta más a las formas de comercialización de contenidos que a la moral. Es decir, es un problema comercial y no ideológico. Internet ha supuesto un revulsivo serio para las industrias creativas, como se vio en la música, en la televisión y, más despacio, en los libros, obligando a una reconversión en el sector de contenidos. No solo ha evolucionado la tecnología, sino que esta ha sido capaz de cambiar los hábitos de los consu- midores. Dado que es un problema comercial, las soluciones deberían plantearse con este enfoque por parte de la industria.
La piratería no puede ser un problema moral porque no hay consenso social para que así sea. Además, es inútil legislar mediante leyes que difícilmente pueden ser aplicables. Se descarga y se comparte música, libros y películas simplemente porque es posible hacerlo. [...]
Otra cosa es que la industria ofrezca una resisten- cia al cambio, comprensible dentro del marco de la necesidad de reajustes en las cadenas de valor y la desaparición, en algunas ocasiones, de algunos intermediarios. Centrar la discusión de la industria en la piratería distrae de los verdaderos problemas a los que se enfrenta: la reconversión obligada por los nuevos modelos de consumo de contenidos.
En otros países, en los que se apuesta por la reconversión hacia nuevos modelos de negocio, la distribución digital supera ya a la física, tal como sucede en Estados Unidos y Reino Unido. Y para dar la razón al dicho «cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remo- jar», basta el ejemplo del batacazo que sufrieron recientemente las tiendas físicas de distribución de música HMV en Inglaterra y Virgin en Francia.
El futuro, presente, de la industria musical: streaming
La música está experimentando una verdadera revolución desde la aparición de Internet. Una revolución que afecta al modelo de negocio con- vencional, a cómo los artistas se relacionan entre sí y producen sus canciones, al papel que el fan comienza a jugar pasando de ser sujeto pasivo
a convertirse en parte del proceso creativo y, sobre todo, al modo de acceso a la popularidad. Podríamos resumirlo en tres ideas:
• Cómo los artistas producen y colaboran entre ellos.
• Cómo los públicos consumen y participan.
• Cómo ha cambiado la relación entre el artista y sus fans (contacto, recomendacio- nes de música, etc.).
Internet y la tecnología han generado un entorno negativo para los viejos modelos de negocio pero lleno de oportunidades para nuevas ideas, para nuevos actores y, sobre todo, para los artistas. Siempre que se adecúen al cambio de compor- tamiento del consumidor a la hora de escuchar música y sepan qué es lo que tienen que hacer para tener éxito.
Ahora los artistas disponen de cientos de herra- mientas en la Red para crear a coste cero, los consumidores ya no se conforman con darle al play, quieren ser los protagonistas, y la frontera entre ambos tiende a difuminarse. Por ello, la música debe centrarse cada vez más en el fan, en el contenido y, sobre todo, en la personalización de la experiencia. La importancia radica en el fan, que decide lo que quiere consumir y cómo quiere hacerlo.
Después de una década de descenso, la industria de la música grabada está caminando hacia la recuperación y la revitalización. Por primera vez en trece años, IFPI reportaba que los ingresos de la música grabada apuntaban un incremento po-
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Cultura inteligente: Análisis de tendencias digitales















































































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