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interesadas, desarrollando campañas de comuni-
cación y márketing y generando textos, discur-
sos, imágenes y narrativas durante todo el año,
principalmente a través de sus propios canales:
páginas web, boletines informativos y redes
sociales. De forma similar, los EMDAF practican
una vida institucional activa, ya que buena parte
de su base financiera depende de subvenciones
procedentes de entidades públicas, además de
cultivar una tupida red de colaboraciones con
proveedores, otras organizaciones culturales o
empresas del sector privado (Reyes Criado, 2023).
Por último, la mayoría de los EMDAF pueden
cultivar un gran valor de red: sirven de catali-
zador y punto de encuentro entre el artista, el
público, las stakeholders y los profesionales de los
campos relacionados con la creatividad digital,
la música electrónica, el arte de los nuevos
medios y las prácticas en torno a la intersección
ciencia-arte-tecnología. En este sentido, además
de promover la visibilidad de artistas emergen-
tes y sus creaciones (Galuszka, 2022), pueden
dar forma a determinadas escenas artísticas o
musicales (Bennett & Peterson, 2004; Bennett &
Rogers, 2016; Straw, 1991) o incluso servir como
eventos configuradores en el campo de la música
electrónica y las artes digitales (Lampel & Meyer,
2008; véase también Colombo, 2017; Colombo &
Richards, 2017).
En términos dimensión y escala1 de este tipo
de festivales, los EMDAF proponen, además de
1 Hablamos de EMDAF pequeños cuando cuen-
tan con un público de entre dos mil y cinco mil
personas y normalmente con un presupuesto total
de entre cien mil y doscientos mil euros, como
por ejemplo los festivales portugueses Semibreve
o MuchoFlow. La gran mayoría de los EMDAF
europeos son medianos, con un público de entre
cinco mil y quince mil personas y un presupuesto
de más de doscientos mil y en algunos casos
rozando el millón de euros, como por ejemplo
los festivales españoles L.E.V., MIRA o el festival
ROBOT de Bolonia (Italia). Hablamos de EMDAF
grandes cuando aglutinan un público de entre
quince mil y cincuenta mil personas y de macrofes-
tivales para aquellos que reúnen más de cincuenta
pequeñas actividades secundarias a lo largo del
año, eventos principales por los que son interna-
cionalmente reconocidos, de pequeño o medio
formato, durante dos y cuatro días de duración,
con las tardes y noches del fin de semana como
principal atractivo.
A continuación expongo los resultados clave
de la investigación en relación a la siguiente
cuestión: ¿cómo son y cómo funcionan, a nivel
estético, material y situado, los festivales de
música electrónica y artes digitales?
La dimensión estética y
situada del evento vitrina
En esta sección describo, explico y analizo en
profundidad qué son y cómo funcionan los
festivales de música electrónica y artes digitales
desde la perspectiva situada, estética y material
que caracteriza la naturaleza viva y performativa
de sus eventos vitrina; es decir, aquello que
tradicionalmente conocemos como festivalscape.
En términos de formatos y tipos de espacio, los
EMDAF se caracterizan por lo siguiente:
•
Generalmente, la mayoría de los eventos
vitrina de los festivales de música electró-
nica y artes digitales se caracterizan por ser
urbanos y de pequeño o mediano formato.
•
En relación al número de espacios y su
distribución espacial por la ciudad, los dos
formatos principales son el multisituado,
difuso o expandido en varias localizaciones,
y el formato de tipo recinto, desarrollán-
dose la gran mayoría de las actividades de
forma concentrada en un macroespacio que
contiene a su vez múltiples salas o espacios
para los diferentes contenidos y servicios
mil personas, como por ejemplo el festival Sónar
de Barcelona, con un presupuesto que durante las
últimas ediciones ha rozado los diez millones de
euros.
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