Page 118 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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BARBIERI. MÚSICA, FUEGO Y DIAMANTES
de documentos en forma de papeles sueltos, folletos, ficheros, etc., con los primeros catálogos que Barbieri encargó para conocer qué obras musicales albergaban algunas colecciones españolas (como la del Monasterio de El Escorial o las bibliotecas muni- cipales madrileñas), una iniciativa imprescindible para su estudio, en aquella época en la que casi todos los archivos y bibliotecas españoles estaban aún sin catalogar; el archivo también incluye miles de papeles sueltos con biografías de músicos españo- les, de actores y cantantes, con información abundantísima sobre compañías teatrales, tonadillas, óperas y zarzuelas representadas en los teatros madrileños, etc. Al parecer, toda esta información fue recopilada en fuentes originales o producida por el propio Barbieri con el fin de elaborar una historia de la música española y de nuestro teatro lírico que nunca llegó a realizarse. De este proyecto inacabado de Barbieri, muy co- nocido y esperado por sus colegas, dice Antonio Peña y Goñi:
La historia de la música dramática que hace veinte años se ocupaba en escri- bir Barbieri, no se ha publicado; casi me atrevería á decir qué no se publicará. Poseedor de una biblioteca incomparable, dueño de documentos valiosísimos, concertados con el orden y la claridad de un bibliófilo experto como pocos, nadie como Barbieri podría elevar un monumento á la literatura musical espa- ñola, publicando la historia completa de nuestro arte pero, sin duda, los trabajos de la producción lírica y ocupaciones inherentes á la importancia y significa- ción artísticas del maestro, le impiden dedicarse á una labor que sería el com- plemento de su fama. Trozos sueltos, discursos, memorias, prólogos esparcidos acá y allá, han dado hasta ahora muestra anticipada de lo que una historia de la música española sería en manos de Barbieri, pero no hay indicio alguno de que la lleve á cabo, y los que buscamos con ansia antecedentes y documen- tos, hemos de contentarnos con leves primicias que, aumentando el apetito, hacen el hambre aún más insoportable9.
Ejerciendo como bibliófilo e investigador Barbieri suministraba generosamente, a quien se lo pedía, abundante información elaboraba por él mismo a partir de su colec- ción. De la fama que ésta tenía entre sus colegas da buena cuenta el artículo que le dedicó Felipe Pedrell en su Diccionario biográfico10:
Allí la hormiguita que recoge con amor el dato jamás desperdiciable y en una pieza la pasión del bibliófilo y la manga ancha del bibliómano a caza del libro, desempolvando y revolviendo de arriba abajo plúteos de archivos, multiplicán- dose para sacar copias de todo lo que no puede adquirir, con el laudable afán de encerrarlo y custodiarlo en el sancta sanctorum de su biblioteca, en donde todo lo ordena con meticulosa complacencia y maravilloso plan, en donde se encierra en los últimos años de su vida (¡en donde le sorprende la inexplorable [sic] muerte!) para calentarse al rescoldo de sus amados códices, sus incunables manuscritos [sin duda Pedrell no tenía muy claro el concepto de incunable] y todo aquél cúmulo de datos y apuntaciones que forman el monumento de
9
Antonio Peña y Goñi: La ópera espa- ñola y la música dramática en España en el siglo xix: apuntes históricos. Ma- drid, Zozaya, 1881, p. 30.
10
Felipe Pedrell: Diccionario biográfico y bibliográfico de músicos y escritores de música españoles. [Barcelona: s.n], [1897] (Tip. de Víctor Berdós y Fe- liú), t. I, p. 132.