Page 33 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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FRANCISCO ASENJO BARBIERI. PENSANDO EN ESPAÑA 37
Retrato del tenor Gayarre, de Bartolomé Maura, 1880. Colección José Luis Corrales [cat. 38].
Fotografía de Felipe Predell. Colección particular.
Retrato de Tomás Bretón, de Ricardo Camino, siglo xx. RCSMM (M)
[cat. 153].
pesar de algunas polémicas. Con Mariano Soriano Fuertes, del que fue testamentario, le unió una fuerte amistad; fue compresivo con sus errores musicológicos y valoró antes de nada las ideas reformistas y restauradoras del compositor y musicólogo. En el último periodo de su vida Barbieri volvió a aceptar a algunos músicos dentro de su círculo más íntimo y aquí es obligada la cita de Federico Chueca considerado por muchos como su heredero natural, quien se dirige a Barbieri como «querido papá», y de Felipe Pedrell, heredero intelectual y seguidor de su espíritu reformista y naciona- lista. Con Ruperto Chapí y Tomás Bretón las relaciones siempre fueron difíciles; ha- bía sin duda una clara incomprensión estética fruto de un claro choque generacional.
Dentro de lo que podríamos denominar el círculo musical es preciso citar a otros personajes. Nos referimos a los críticos, musicólogos, empresarios, intérpretes, especial- mente cantantes, o simplemente personas comprometidas en el fuerte asociacionismo del periodo como el caso de Eduardo Velaz de Medrano, colaborador fundamental de nuestro músico. Dentro de este mismo núcleo han de ser entendidas sus relaciones con Ángel Fernández de los Ríos fundador de La Ilustración. Periódico Universal, que le invitó a iniciar su actividad de crítico, y es autor de la primera reseña biográ- fica de Barbieri. Un lugar muy especial merece Antonio Peña y Goñi, patriarca de la crítica del xix, el mejor conocedor del maestro y autor de la primera biografía so- bre Barbieri, quien, a pesar de las posturas antagónicas ante Wagner, mantuvo una amistad íntima con él. El cariño y admiración que le profesaba le permitían encabe- zar una carta así: «Querido Seguidilla, mal músico, infame zarzuelero, ladrón, bandido montaraz, sin patria ni religión conocida, vaina sin espada, impotente a medias, etc.». Similar es el caso de sus relaciones con otro crítico, defensor acérrimo de lo italiano, Luis Carmena y Millán que él mismo califica en su obra, Cosas del pasado. Música
Retrato de Ruperto Chapí, de G. Sáiz y Gil, 1927. SGAE [cat. 154].