Page 56 - El Capitán Trueno. Tras los pasos del héroe
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54 PATXI LANCEROS
El Capitán Trueno Extra, 79, «La flor de la muerte», 1961
En episodios de notable tensión dramática en los que el tiempo, inexorable y cruel, es uno de los personajes principales, acometen los personajes esa empresa excesiva. Una empresa amenazada por la maldad, pero también por la casualidad y los azares, también por la imprevisible contingencia. Un ataque o un accidente (es decir, el concurso de los hombres o de los elementos) provocan demora: y el tiempo es fatal, literalmente.
El aliento dramático y el impulso épico se articulan magníficamente para dar una solución satisfactoria (de nuevo se trata de una corrección o un desvío con respecto al relato tradicional; y de una corrección o un desvío que no se ensayan aquí por primera vez) al desafío: que es, nada menos, el desafío de la muerte. Y una solución acepta- ble, todo hay que decirlo, tanto para la época medieval como para la edad moderna (y aun posmoderna): la planta no se escapará entre los dedos, no se escurrirá para per- derse definitivamente. Será conquistada: pero el premio no es ya la inmortalidad, sino una prórroga de vida. Mantenerse, como escribió Nietzsche, un minuto en la existencia.
El relato, el mito, está ahí, apenas oculto y en cualquier caso perceptible. La adopción exige adaptación. Y el resultado es narrativamente adecuado: dotado de enorme profun- didad mítica, de importante tensión dramática y (ahora)
El Capitán Trueno Extra, 319, «La clave del enigma», 1966
de un final... feliz.
Los ejemplos pueden mul-
tiplicarse (la versión del Viejo de la Montaña, deudora de Marco Polo; las aventuras en el mar de los Sargazos, que el Capitán ya conoce por su fa- miliaridad con «las viejas cró- nicas»; las variaciones sobre la existencia y fin(al) de la Atlántida –y de otros muchos continentes con contenidos utópicos o distópicos–, de