Page 59 - El Capitán Trueno. Tras los pasos del héroe
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gos, de desconocidos...) a un paso de la muerte cierta no conocen distinción, no son objeto de discriminación. El relato del Capitán, construi- do desde y sobre muchos otros, se edifica sobre esa idea-fuerza de una justicia sin límite y sin circunscrip- ción, sin marcas de territorio o de cultura, de género o de etnia, de clase o estamento. El mundo, todo lo que se pueda entender por mundo, es su ámbito de acción.
RASTROS, HUELLAS, MARCAS... 57
 Quizá pudieran ponerse
objeciones a la desmesura-
da ambición de esa empresa.
Quizá, no va a ser aquí el
caso, se puedan discutir sus
fundamentos. Y se pueda
debatir sobre universalidad,
colonialismo, etnocentrismo,
paternalismo... Sin duda se
puede16. Pero no es logro
menor que se pueda, pre-
cisamente, en virtud del
reto lanzado por un héroe
im-pertinente, por un héroe
des-prendido, cuyo territorio
es el mundo; por un héroe
cuya circunstancia natal está
marcada por una dictadura y cuya patria es el exilio. Y tal vez también –siempre embau- cadora, siempre tahúr, y a menudo letal– la esperanza.
Tampoco es logro menor que, en el arriesgado viaje a través de esos terribles (y fasci- nantes) paisajes naturales y sociales en los que se experimenta tanto la contingencia y el
16 El debate se cursaría, en cualquier caso, en un terreno que no es el literario. Mediaría un cambio de registro en el universo de la letra: de la literatura a la «ciencia» (humana y social) o a la filosofía. Quizá a estas últimas les corresponda determinar la realidad que somos. Corresponde a la literatura, aunque se presuma realista y aun precisamente cuando lo hace, explorar la realidad que necesitamos, acaso la que exigimos, la que nos constituye y nos completa en el modo de la falta. En ese modo, y solo de ese modo, siempre estaremos completos. Es decir, siempre habrá (falta de) literatura.
Dibujo original de Ricard Ferrándiz












































































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