Page 108 - El poder del pasado. 150 años de arqueología en España
P. 108
lo que se ha dado en llamar la «socialización de la ar- queología o del pasado» [fig. 10].
Ese proceso de internacionalización de la arqueo- logía prehistórica española se empezó a traducir en proyectos de investigación en el exterior y de manera simbólica ha alcanzado su cenit en la aventura africa- na, los primeros proyectos españoles en la cuna de la Humanidad, especialmente el de Olduvai y la creación, en 2010, del Instituto de la Evolución en África (IDEA). Buena parte de los profesores españoles que enseñan hoy día en centros de otros países son prehistoriadores que ayudan a elevar el nivel de nuestra investigación en este campo. Y aunque no hay muchos especialistas es- pañoles en organismos internacionales o en los conse- jos asesores de las mejores revistas internacionales de arqueología resulta igualmente simbólico que la Euro- pean Association of Archaeologists (EAA) este presidida, desde 2015, por un arqueólogo y prehistoriador espa- ñol, Felipe Criado, Profesor de Investigación del INCI- PIT (CSIC, Santiago de Compostela).
Los grandes temas que están polarizando la in- vestigación prehistórica del siglo XXI son : a ) los pri- meros pobladores y su proceso evolutivo, la configu- ración de la mente humana moderna (tecnología lítica, grafismo y arte) y los procesos de migración y flujo genético, en los que la arqueogenética —los es- tudios de ADN— está revolucionando la comprensión de nuestro pasado más remoto ; b ) la emergencia de las primeras «sociedades complejas», a partir de las prístinas comunidades neolíticas agricultoras y ga- naderas y los procesos de construcción del poder y aparición de la jerarquización social y c) el estudio de la evolución de las sociedades de la Prehistoria Final relacionando arqueología, paleolingüistica y arqueo- genética en un nuevo enfoque llamado a cambiar profundamente nuestra visión arqueológica tradicio- nal, por más que todavía nos encontremos en una fase pionera, difícil y rodeada de cierto confusionis- mo (Renfrew y Bahn 2014).
Un buen estado de la cuestión de la Prehistoria en España puede verse en los dos volúmenes, uno de- dicado al Paleolítico y otro a la Protohistoria, publica- dos con motivo de la celebración del XVII Congreso Mundial de la UISPP en Burgos en 2014, en los que han participado cerca de 400 autores (Sala 2014 y Alma- gro Gorbea 2014). Constituyen, sin duda alguna, la mejor cartografía actual de la investigación prehistó- rica española. Por otro lado, la buena sintonía de la investigación prehistórica con la divulgación está bien representada en el nuevo Museo de la Evolución Humana (MEH) de Burgos inaugurado en 2010 y en las Salas dedicadas a los Orígenes de la Humanidad y el Universo Paleolítico del Museo Arqueológico Nacio- nal (MAN) en Madrid, reabierto completamente re- mozado en el año 2014.
La arqueología clásica
En la década de los sesenta la arqueología clásica espa- ñola siguió apoyándose en la brillante escuela tradicio- nal, representada por figuras tan notables como Antonio García y Bellido, Antonio Blanco Freijeiro y Alberto Balil que en distintas universidades marcaron la agenda in- vestigadora en nuestro país (Oria Segura 1999). Por otro lado, el convencimiento de que se trataba de una ar- queología con perfil propio la mantuvo entonces —y dé- cadas después también— alejada de los nuevos enfoques que procedentes de la New archaeology anglosajona em- pezaban a cambiar sustancialmente la arqueología pre- histórica y, en menor medida, la arqueología medieval. En esa peculiaridad, sin duda, tuvo bastante que ver el aislamiento intelectual que propició el franquismo pero sobre todo es achacable a la propia tradición de la ar- queología clásica de los países del Sur de Europa.
En la arqueología clásica el paradigma imperante era el «histórico-artístico», en el que mucha de la ar- queología practicada era una versión peculiar de la Historia del Arte Antiguo (Abad Casal 2016-17). En Es- paña su ámbito de estudio era el preludio griego, los pueblos prerromanos en su contacto con Roma y, so- bre todo, el mundo romano provincial, la Hispania ro- mana desde el inicio de la conquista a finales del si- glo III a. C. a las invasiones bárbaras del siglo V d. C. Los temas de arqueología romana —el espinazo de nuestra arqueología clásica— eran muy diversos pero casi siempre abordados con enfoques tradicionales y esca- las de análisis muy pequeñas, lo que no es malo si se sabe hacer buenos estudios locales que no localistas. Pero eso no fue siempre así. En aquellos años el refe- rente de la escuela alemana seguía vigente, por su gran prestigio desde los tiempos de Winckelmann y el inte- rés por la elaboración de repertorios y catálogos, cier- tamente necesarios, acababa por ser, en no pocas oca- siones, un fin en si mismo con pocos horizontes de investigación más amplios.
La delimitación formal del campo investigador de la arqueología clásica ha sido habitualmente difusa y anclada en el viejo paradigma filológico y artístico, en el que se solapaban la historia antigua y la historia del arte. A nivel europeo, al menos desde los años 1980, han coexistido dos concepciones distintas de arqueología clásica (Millett 2012). La primera la acepción «primor- dialista» que considera que los restos materiales de Grecia y Roma tienen rasgos tan específicos que confi- guran una disciplina individualizada, arqueología clási- ca, fuera de la arqueología de otros periodos, y que es más propiamente una rama de los estudios clásicos con una larga historia desde el siglo XVIII. La segunda apro- ximación es lo que se denominaría arqueología del mundo clásico, una disciplina humanística y social que utiliza la metodología arqueológica, como en otros pe-
108
El poder del pasado: 150 años de arqueología en España