Page 113 - El poder del pasado. 150 años de arqueología en España
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FIG. 1
Gráfico de menciones del término ‘arqueología medieval en la colección de Google Books entre 1880 y 2008 en el que se observan el carácter intermitente de la recurrencia del término antes de mediados de los años 80 (realizado con Google Ngram Viewer).
A partir de los años treinta cobra, en cambio, un protagonismo destacado la arqueología de los visigodos en el marco de la primera dictadura franquis- ta. Aunque el descubrimiento y excava- ción de las primeras « necrópolis visigo- das » se había iniciado con anterioridad, la emergencia de los movimientos fas- cistas favoreció el desarrollo de una práctica arqueológica paneuropea basa- da en la identificación material de los pueblos germánicos desde las perspec- tivas del historicismo cultural. Julio Mar- tínez Santa-Olalla es el máximo expo- nente del desarrollo de una « arqueología germánica » en nuestro país intervinien- do en numerosas necrópolis y realizando obras claves. La participación, igualmen- te, de investigadores alemanes como Hans Zeiss y Wilhelm Reinhart antes y después de la Guerra Civil respectiva- mente, permitieron construir un para- digma sobre el asentamiento en el inte- rior peninsular de los visigodos a partir de la distribución de las mencionadas
« necrópolis visigodas » que, contra todo pronóstico, sigue teniendo gran influen- cia aún en la actualidad. Y aunque ha ha- bido posiciones críticas respecto a estos planteamientos en centros como el de Valladolid primero y el de Barcelona des- pués que han acentuado la herencia ro- mana e hispana ( Olmo 1991 ) y tras el fin de la segunda guerra mundial el discurso filogermanista decayó, durante decenios la arqueología medieval ha sido, funda- mentalmente una arqueología de los vi- sigodos. Y desde mediados de siglo, de los hispanovisigodos.
En paralelo, la consolidación aca- démica de la arqueología clásica duran- te la dictadura comportó la delimitación cronológica estricta del área de acción de la práctica arqueológica. La defini- ción de una arqueología paleocristiana primero, cristiana después, y la integra- ción del denominado « epigonismo visi- godo » contribuyeron a alargar, pero a la vez a contener, lo que debería de ser la arqueología. A pesar de que el relato sobre el origen de España bajo los visi- godos fue sustituido por un origen me- dieval y la ideología del régimen poten- ciaba el concepto de Reconquista frente a un islam ajeno, solamente auto- res muy concretos como Alberto del Castillo, que debe ser considerado como uno de los padres de la disciplina,
exploraron en términos arqueológicos estas temáticas en la fase final de la dic- tadura ( Vidal 2016 ). El carácter militan- te de la arqueología clásica contra el desarrollo de una arqueología medieval que se gesta en este período creó una división en el seno de la arqueología de las sociedades históricas que perdura hasta nuestros días. Hasta los años se- tenta no hubo una sesión de arqueolo- gía medieval en los Congresos Naciona- les de Arqueología y aún hoy en día la revista Archivo Español de Arqueología sigue todavía acogiendo solamente tra- bajos comprendidos entre la Protohis- toria y la Alta Edad Media.
No debería, por lo tanto, resultar extraño que el renacer de la arqueolo- gía medieval hacia los años setenta haya sido liderado principalmente por historiadores medievalistas y por pre- historiadores que ampliaron sus áreas de interés. La traducción al castellano en el año 1977 del manual de M. De Bouard permitió a M. Riu redactar el pri- mer cuerpo doctrinal para una pro- puesta de la arqueología medieval. En el año 1982 se fundó la Asociación Espa- ñola de Arqueología Medieval y en el 1985 se celebró en Huesca el primer Congreso de Arqueología Medieval española al que participaron más de 400 investigadores. En esos mismos
La configuración de la arqueología contemporánea en España ( 1960-2017 )
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