Page 69 - El poder del pasado. 150 años de arqueología en España
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Caro, con delegaciones en Barcelona y en Valencia, orientadas al estudio de la Prehistoria y la Protohisto- ria. El desarrollo de la arqueología prehistórica en el marco del CSIC paliaba en cierto modo la desaparición de la antigua Comisión de Investigaciones Paleontoló- gicas y Prehistóricas de la JAE, producida en 1939.
El inicio de la Guerra Civil en 1936 sorprendió a Hugo Obermaier fuera de España y ya nunca volvió, por lo cual su antigua cátedra de Historia Primitiva del Hombre antiguo fue ocupada interinamente por un discípulo suyo (ayudante de cátedra desde 1931), Julio Martínez Santa-Olalla (1905-1972). Hijo de un eminen- te militar franquista, el general Martínez Herrera, buen amigo de Franco, Martínez Santa-Olalla es la nueva fi- gura ascendente en la arqueología de la España de la posguerra en el período marcado por la influencia de los falangistas germanófilos hasta mediados de la dé- cada de 1950; a su influencia política unía su propia ideología pronazi, así como su formación en universi- dades alemanas antes de la Guerra Civil. Junto a la in- terinidad en la cátedra durante cerca de quince años, fue nombrado responsable, como Comisario General, del nuevo organismo creado para el control del patri- monio arqueológico y su investigación, la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas (CGEA), funda- da en 1939 para sustituir al Servicio de Defensa y Recu- peración del Patrimonio Histórico Nacional. En los años 1940-1941 se completó la red de Comisarios Pro- vinciales e Insulares que controlaron buena parte de la práctica arqueológica española hasta el año 1955, con una extracción heterogénea, que muchas veces eran simples aficionados y que no pueden considerarse en general como arqueólogos profesionales, del ámbito de universidades y museos. Con el control de los medios oficiales la CGEA puso en marcha la edición de las prin- cipales series arqueológicas de posguerra, como el No- ticiario Arqueológico Hispano, el Acta Arqueológica Hispana y los Informes y Memorias de la CGEA, conti- nuación de los comenzados por la JSEA en 1912 [fig. 11].
La valoración tanto de la actividad de la CGEA como de la figura de Martínez Santa-Olalla, que creó en la Uni- versidad de Madrid el seminario de Historia Primitiva, con la organización de cursos internacionales y de varios proyectos en las colonias africanas del Sáhara y Guinea ecuatorial, ha sido diversa según los autores, siendo muy crítica para algunos (Díaz-Andreu y Ramírez, 2001; Gra- cia, 2009) y más positiva según otros (Castelo et al. 1995). Lo que sí existió fue un claro alejamiento entre los esta- mentos arqueológicos de las universidades y la nueva CGEA, controlada por Martínez Santa-Olalla.
El período de la Guerra Civil y los primeros años del franquismo supusieron un atraso en el ámbito universi- tario (Beltrán, 1988: 98). En ese páramo sobresale desde Barcelona la figura de Martín Almagro Basch (1911-1984), que se formó con Pericot en Valencia y con Obermaier
FIG. 11
Julio Martínez Santa-Olalla, hablando con Himmler en Madrid ( 1941 ).
La consolidación de la arqueología moderna ( 1912-1960 )
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