Page 70 - El poder del pasado. 150 años de arqueología en España
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La distorsión de la Arqueología
en el primer franquismo Francisco Gracia Alonso. Universidad de Barcelona
Finalizada la Guerra Civil, la inves- tigación arqueológica se reorga- nizó a través de la Comisaría Ge-
neral de Excavaciones Arqueológicas, regulada por Orden Ministerial de 9 de marzo de 1939 ( BOE 14/03 ) y ratifica- da mediante decreto del 7 de diciem- bre de 1940 ( BOE 11/12 ), a partir de la transformación del proyecto del fallido Instituto Nacional e Imperial de Ar- queología presentado en 1938 al Minis- terio de Educación del Gobierno de Burgos por Julio Martínez Santa-Olalla ( 1905-1972 ), quien, gracias a su mili- tancia en Falange y sus contactos con las altas esferas del nuevo régimen, asumirá el cargo de comisario general de Excavaciones Arqueológicas que detentará hasta la desaparición de di- cho organismo en 1956. La politización de la arqueología al servicio del régi- men será evidente, en especial tras la depuración del personal de las univer- sidades y museos, y el exilio de los dos referentes internacionales de la Prehis- toria española antes de la guerra : Pe- dro Bosch Gimpera ( 1891-1974 ) y Hugo Obermaier Grad ( 1877-1946 ). Debido a sus relaciones con la arqueología nazi y fascista italiana, Martínez Santa-Ola- lla detentará un amplio poder en- tre 1939 y 1945 aunque contestado por los sectores monárquicos del régimen, en especial por el director general de Bellas Artes, Juan de Contreras y López de Ayala, marqués de Lozoya ( 1893-1978 ). Durante los primeros años de su mandato intentará imponer una visión colonialista e imperialista de la arqueología a través de la realización de expediciones al Sahara español y Guinea, una línea de trabajo que será aplicada también durante casi dos dé- cadas por el Alto comisariado en Ma- rruecos. Pese a perder parte de su po- der tras la derrota del Eje, Martínez
Santa-Olalla consiguió establecer una fiel red de colaboradores, externos en su mayoría a las universidades e insti- tuciones científicas a las que conside- raba focos de liberalismo, que contro- larán la investigación sobre el terreno a través de las comisarías provinciales, insulares y locales. Martínez San- ta-Olalla empleará los congresos ple- narios de su organización para aleccio- nar a sus comisarios y defenderlos de los ataques cada vez más reiterados lanzados contra ellos por los investiga- dores profesionales.
La adaptación por los arqueólo- gos de la explicación interpretativa del discurso histórico a los postulados ideológicos del régimen será determi- nante. El estudio de las principales obras de síntesis durante el primer fran- quismo muestra una convergencia te- mática en torno a cinco ideas esencia- les : la definición de la esencia y de la antigüedad de los españoles identifi- cando bajo dicho termino a todos los pobladores de la península Ibérica sin excepción de cronología ; la estructura- ción de la unidad política y territorial de la península ibérica desde la Protohisto- ria final en la mayoría de los casos e in- cluso desde el Calcolítico en otros ; el análisis de la unidad lingüística peninsu- lar como ejemplo determinante de cul- tura unitaria ; la defensa de la romaniza- ción como base de la España imperial ; y la importancia de la extensión del cris- tianismo en la formación del espíritu y el pensamiento de los españoles. Dichos postulados significaban la descalifica- ción explícita de quienes, como Bosch Gimpera en su obra Etnología de la pe- nínsula Ibérica ( 1932 ), habían construi- do sus tesis explicativas de la Prehisto- ria final y la Protohistoria peninsulares sobre la base de diversidad territorial a partir del análisis arqueológico, unas
ideas contestadas ya por Manuel Gó- mez Moreno ( 1870-1970 ), y que ahora se veían como un apoyo científico e ideológico a los planteamientos políti- cos de la descentralización autonómica emprendida durante la Segunda Repú- blica, con especial énfasis en los postu- lados anticatalanistas. Siguiendo las di- rectrices políticas del « nuevo estado » franquista, entre los temas de investiga- ción destacarán : el análisis de la cultura del vaso campaniforme como primer imperio español ; las migraciones in- doeuropeas y la importancia de los cel- tas en la estructura del poblamiento peninsular, unido a la negación de un papel relevante a la cultura ibérica, así como a la colonización fenicia y púnica mediante críticas, en este caso, de claro contenido antisemita, y las migraciones poblacionales durante el Neolítico. Re- levante será también el discurso ideo- lógico vinculado al arte parietal cantá- brico y levantino, presentados como ejemplos de la expresión artística de los primitivos españoles, cuyas temáticas y técnicas podían reseguirse hasta el pre- sente. En su obra Esquema paletnológi- co de la península Ibérica ( 1941 y 1946 ), y en otros escritos, Martínez Santa-Ola- lla defenderá la importancia de la uni- dad racial, política y territorial de la Es- paña primitiva achacando a facciones a las que calificará en algún caso sin el menor rubor de rojo-separatistas, la quiebra de los sucesivos imperios espa- ñoles, cuya cronología extenderá sin complejo alguno desde el Paleolítico, al Mesolítico, el Vaso Campaniforme y la Edad del Bronce, al tiempo que plantea- rá una visión esperpéntica de la Segun- da Guerra Púnica en la que los españo- les, sublevados contra la dominación cartaginesa, recibirán el apoyo de los romanos para expulsarlos de la penín- sula [ fig. 1 ].
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