Page 219 - Glosario imposible
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Institución
desplazándose hacia la capacidad del general intellect de producir nuevas formas de vida en común. En 2007, la revista Transversal del European Institute for Progressive Cultural Policies (EIPCP) dedicó un número a
lo que identificaba como “prácticas instituyentes”. Dicho número incluía un texto de Raúl Sánchez Cedillo titulado “Hacia una nueva creación política. Movimientos, instituciones y nueva militancia” en el que, partiendo de un poco conocido texto de Gilles Deleuze sobre David Hume, el autor rescataba una noción de institución concebida, a diferencia de
las leyes, como una estructura derivada de la invención social, vehículo
de la experiencia individual y colectiva y conducente a modos de acción afirmativos, no represivos ni excluyentes. Tal vez las formas de dicha institución no podían aún ser percibidas y solo conseguían intuirse a partir de “prácticas instituyentes” concretas y coyunturales, pero no cabía duda de que estaban germinado aspiraciones hasta entonces desconocidas en los movimientos sociales.
Apelando a la ambivalencia gramatical del término, esta noción de institución no designaba tanto a una estructura formalmente constituida, a la institución reconocible como tal, sino a la acción de instituir y, sobre todo, a las prácticas movidas por un impulso instituyente. Para Gerald Raunig,
la práctica instituyente concebida como proceso, “como concatenación de acontecimientos instituyentes”, escapaba de los binarismos instituyente/ instituido o constituyente/constituido y se alejaba de una mera oposición a la institución1. Esta lectura en participio de presente y no de pasado permitía exorcizar la visión de una clausurada y centrípeta institución estatal y conectar dicho término con las prácticas cooperativas y afectivas que Virno había identificado como propias de la multitud.
En 2008, la misma revista Transversal dedicaba un monográfico a la urgencia de pensar “prototipos mentales de la acción política” capaces de superar
la “virtualidad frustrada” de las revoluciones del 68 y los más recientes movimientos de resistencia global. La Universidad Nómada, uno de los agentes surgidos de las mutaciones de la subjetividad política de finales de
los 90 proponía para dicho fin “la irrupción intempestiva” de “instituciones monstruo”, como esta se autodefinía. Esta institucionalidad monstruosa se describía en el editorial como un dispositivo híbrido y contradictorio, en permanente negociación de elementos heterogéneos, en la que se mezclan
1. Gerald Raunig, “Instituir y distribuir. De la relación entre política y policía en Rancière como desarrollo del problema de la distribución en Deleuze”, Transversal, 9, EIPCP, 2007.
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