Page 223 - Glosario imposible
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Institución
La hipotética “institucionalidad” de estos agentes radicaba en el modo en que sus prácticas encarnan un nuevo sentido de lo social que las instituciones tradicionales son incapaces de incorporar en sus lógicas y estructuras.
A partir de modelos derivados del feminismo, el zapatismo, el ecologismo, las nuevas tecnologías y otras corrientes que confluyen en el fin de siglo,
se formulaba una ética y una normatividad propias que configurarían
su organización interna y sus modos de relación externa. Es relevante
que muchos de estos proyectos se aglutinaran alrededor de la noción de producción, asumiendo el rol central que la cultura jugaba dentro del nuevo capitalismo “cognitivo” y repensando su modo de funcionamiento a partir de una crítica de las condiciones del sistema posfordista de trabajo. Coincidían con los movimientos sociales en que únicamente teniendo en cuenta uno y otro aspecto era posible pensar otra posible institucionalidad.
Los términos “empresarialización” y “externalización”, que han sido utilizados para describir los marcos en que estos agentes se inscriben en los ámbitos de producción cultural, no expresan ni agotan su sentido, a pesar de que dichos patrones de acción se hayan impuesto sistemáticamente y hayan proliferado empresas diseñadas para competir por las subcontratas de servicios que
las instituciones ya no son capaces de ofrecer por sus propios medios. Los modos de organización interna de estos agentes, su economía y los términos en que plantean sus modos de relación con otros implican una alternativa radical tanto respecto al modelo empresarial convencional como al de la institución burocrática, jerárquicamente estructurada. Otra diferencia importante en relación a esta última es la concepción del ámbito social en que intervienen como un ecosistema complejo al que pertenecen, y no como un otro con el que tratar con desconfianza y en términos de patronazgo, clientelismo y subalternidad.
La hegemonía imbatida de las instituciones tradicionales iba a provocar que la centralidad del debate acerca de la institucionalidad tuviera en ellas, paradójicamente, uno de sus principales escenarios. La discontinuidad de las relaciones entre los agentes culturales de nuevo cuño y los movimientos sociales, así como el reclutamiento por las instituciones de “dobles agentes”, como Jorge Ribalta, Marcelo Expósito o yo mismo en el MACBA y Museo Reina Sofía, iba a producir o bien una anomalía que afectara en buena medida el sentido y el alcance de la alter– o bien, de una nueva
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