Page 253 - Glosario imposible
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Autonomía
sucede—desde la mejor de las intenciones— a los ya mencionados ganadores del Premio Turner cuando sostienen que “los edificios no son iconos ni acciones, sino espacios que la gente usa”10. El compromiso social o político no tiene por qué conllevar un injustificable empobrecimiento de las dimensiones de nuestro quehacer. Al contrario, nos comprometemos precisamente
para construir y defender la complejidad y la diferencia. Así las cosas, los edificios aparecen como la puesta en obra de modos de relación en los que inevitablemente entra el uso efectivo, cismundano, que de ellos se haga, claro que sí, y es importante defender eso, pero se trata de modos de relación en los que al final también entrará inevitablemente, y en diferentes proporciones, lo icónico y lo performativo, lo simbólico y lo experimental. Saber dar con la proporción adecuada de esos diferentes modos es de una importancia vital y es lo que nos proporciona un modo de relación potente y bello.
Al final, cada modo de relación viene a poner de manifiesto una forma específica de atención, una forma de “curiosidad”, entendida en su sentido etimológico original, por la cual el “curioso” era aquel que “se curaba” de las cosas, es decir, aquel que las atendía y las cuidaba.
O mejor aún, cada modo de relación es una composición de al menos tres diferentes tipos de cuidado: un cuidado repertorial, que atiende los valores de la coherencia y la estabilidad formal; un cuidado disposicional, que procura el vigor de la experimentación y el juego; y un cuidado del despliegue efectivo de todo ello, de su forma de darse en el mundo y de transformar ese mismo mundo en virtud de su comparecencia.
Quizás sea este uno de los objetivos fundamentales de la autonomía modal: especificar y preservar la composición de nuestra curiosidad, secundarla y afilarla, conjurando así el riesgo de convertirnos en esa figura que Nicolai Hartmann relacionaba con el hombre moderno, haciendo de este “el presuroso incesante (...), el embotado, el esnob al que ya nada eleva, nada conmueve, nada cautiva interiormente”11.
En estos modos de relación se apoya la autonomía modal por la que pelean las artes colaborativas, que solo puede plantearse como un laboratorio para la producción y la extensión de la autonomía desde el arte y la acción política a otros planos de nuestras vidas y viceversa.
253 10. Pablo Guimón, op. cit.
11. Nicolai Hartmann, Ética, Editorial Encuentro, Madrid, 2012, p. 54.