Page 91 - Glosario imposible
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Autoría
o con incidencia en lo social. En este sentido, tendríamos que revisar atentamente cómo ejerce la autoría este nuevo artista que se involucra en los proyectos colaborativos y participativos. Parece, más bien, que las industrias creativas han devuelto al artista un estatus de “neogenialidad” que, si bien ha sido influido transversalmente por los cambios de paradigma que aportaron las prácticas conceptuales de los años 60 y 70, las asimiló en su vertiente menos radical, estetizando sus aspectos más subversivos a veces, y otras, desplazándolos simplemente.
De una manera u otra la noción de autoría gira en torno a la construcción de una figura individual fuerte que lo autoriza en mayor medida frente a otros sujetos. En esta relación además el sistema concede propiedad privada al individuo por su autoría. La autoridad no es un problema por sí misma, a veces es necesaria. El problema es cuando se torna en autoritarismo. Lo importante aquí es entender que este principio de autoridad está dirigido a salvaguardar los valores productivos del neoliberalismo, los cuales son profundamente autoritarios por las relaciones sociales de tremendo desequilibrio que establecen. A este respecto, es preocupante constatar cómo el artista asimila las condiciones de la ideología neoliberal, de manera que reproduce el modelo de sujeto que representa perfectamente el prototipo de productor inmaterial, obsesionado por capitalizar cada momento y cada intercambio de la vida diaria, hasta el punto de ser acusado de encarnar una personalidad neoliberal que provoca una competitividad neurótica y depredadora entre sus semejantes.
El artista Liam Gillick, si bien es muy crítico con estas acusaciones y creyendo en las potencialidades ontológicas del artista, admite que “el reto es la suposición de que los artistas en la actualidad —les guste o no— han caído en una trampa que está predeterminada por su existencia en un régimen centrado en la capitalización galopante de la mente”9. Si pensamos en las potencialidades ontológicas de los artistas, entendidos como sujetos capaces de inventar nuevas formas plásticas, culturales y sociales, este reto debería pasar por señalar y/o producir formas alternativas a los sistemas dominantes. Sin embargo, el artista actual parece sumido en una espiral de autoexplotación, con el fin de posicionar su trabajo. La discontinuidad de la visibilidad del trabajo en el campo artístico es precisamente la clave para que esta explotación sea sostenible10.
9. Ver Liam Gillick, “El propósito del trabajo”, en Nuestro trabajo nunca se acaba, PHotoEspaña-Matadero Madrid, Madrid, 2012.
10. Ver Marcelo Expósito, Entrar y salir de la institución: autovalorización y montaje en el arte contemporáneo, EIPCP 10 (2006). <www.eipcp.net/transversal/0407/exposito/es>.
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