Page 373 - Goya y el mundo moderno
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ricas» entre 1925 y 1927. Firma con- trato con Jacques Viot de la Galería Pierre, donde realiza su primera expo- sición individual con éxito; también participa en la primera exposición su- rrealista. Palabras y frases aparecen ca- da vez más en sus pinturas. En los ve- ranos regresa al paisaje con obras co- mo Perro ladrando a la luna. En 1928 viaja a Bélgica y Holanda y la impre- sión que le producen los maestros del siglo XVII queda reflejada en sus Inte- riores holandeses. Al año siguiente pin- ta la serie Retratos imaginarios. Entre 1929 y 1931 sufre una crisis que coin- cide con su deseo de «asesinar la pin- tura». Abandona ésta y se centra en el dibujo, el collage y las Construcciones. En 1929 se casa con Pilar Juncosa, con quien tendrá su única hija. Entre 1932 y 1936 reside en Barcelona, con conti- nuos viajes a París. Vuelve a la pintu- ra en 1933 con la serie Pinturas según un collage. Entre 1934 y 1936 realiza sus Pinturas salvajes protagonizadas por seres orgánicos y monstruosos. Du- rante la guerra civil se traslada a París y allí pinta El segador para el pabellón de la República en la Exposición In- ternacional. Desde 1940 trabaja en sus Constelaciones, a las que seguirán las litografías de Suite Barcelona, una vez regrese a España huyendo de la Se- gunda Guerra Mundial. Desde los años treinta y hasta el final de su vida ex- pone habitualmente en galerías de to- do el mundo. En 1941 el Museo de Ar- te Moderno de Nueva York monta su primera gran retrospectiva. Cuando en 1947 viaja por primera vez a Estados Unidos, en este país ya se ha reconoci- do el valor de su obra. En 1944 em- pieza a experimentar con la cerámica junto a Llorens Artigas. Desde 1946 trabaja sus esculturas en bronce. Entre 1949 y 1950 alterna las «pinturas len- tas», acabadas y detallistas, y las «pin- turas espontáneas», mucho más ges- tuales e impulsivas. En la década de 1950 realiza grandes murales cerámi- coscomoeldelaUNESCOyeldela Universidad de Harvard. En los años sesenta y setenta Miró depura su len- guaje plástico reduciéndolo paulatina- mente a lo esencial. De sus últimos años de vida datan sus esculturas mo- numentales y públicas. Su obra es re- conocida en todo el mundo y se suce- den las exposiciones. En 1975 se inau- gura la Fundación Joan Miró en Bar- celona. Muere el 25 de diciembre de 1983 en Palma de Mallorca a los no- venta años de edad.
A.C.
Bibliografía
Miró: Tierra [catálogo de exposición],
Madrid, Museo Thyssen-Bornemisza, 2008; Joan Miró: snail, woman, flo- wer, star [catálogo de exposición], Mú- nich-Nueva York, Prestel, 2002.
Zoran Music
(Gorizia 1909-Venecia 2005)
Anton Zoran Music nace el 11 de fe- brero en Gorizia, Italia, en 1909, loca- lidad que por aquel entonces formaba parte del Imperio austrohúngaro. Asis- te a la Academia de Arte de Zagreb y, a partir de 1934, viaja a Madrid, París, Viena o Zúrich, antes de instalarse en Venecia en 1940. Se puede decir que el arte de Goya, que vio en el Museo del Prado, siempre lo ha acompañado. En 1944 es detenido e internado en el cam- po de concentración de Dachau. En me- dio del horror del internamiento, Mu- sic continúa dibujando hasta crear una obra de profundo dramatismo. Se ob- serva en estos dibujos las influencias no sólo de Goya, sino también de Rem- brandt, del expresionismo de Munch y de la nueva objetividad de Grosz y Beckmann. Tras su liberación, Music vuelve a Venecia y durante un tiempo parece olvidarse del campo de concen- tración: se dedica a pintar paisajes de- solados que evocan su infancia en Dal- macia. Quizá sea la atmósfera de estos cuadros lo que nos recuerde a Dachau. La experiencia del campo es inolvida- ble y marca toda su pintura, incluso aquella que, temáticamente, nada tiene que ver con el universo concentracio- nario. En 1950 gana el premio de la Bienal de Venecia y se instala en París, aunque sin abandonar del todo Vene- cia, donde entra en contacto con el ar- te informalista. No es hasta los años se- tenta cuando Music se decide a «testi- moniar». Vuelve a él el recuerdo de una experiencia límite, ahora como expe- riencia colectiva: «nosotros no somos los últimos», lleno de temor por un tiempo que continúa presente con toda su dureza y horror. Music convierte a la memoria en el leitmotiv de su obra. Se diría que del arte informalista reco- ge la idea del cuerpo como materia pu- ra. El cuerpo descrito por autores co- mo Sartre en La náusea y Camus en El extranjero deja de ser humano: es ani- mal, es cosa, debido a la degradación y la deshumanización a la que se en- cuentra sometido por los alemanes y por la propia vida del campo de con- centración. En la superficie del lienzo el cuerpo se «refugia» en la textura, in- sinuándose, como si quisiera ser uno con ella, materia del cuadro. Fragmen- tos, trozos de materia que nos recuer- dan a los Desastres de la guerra de Go- ya. En ocasiones, son cuerpos amonto- nados, tirados en el suelo, que nos ha-
cen pensar en las fotos de los campos tomadas cuando se produjo su libera- ción. Cabezas huecas también, vacías de vida: se trata ya de cadáveres, del «musulmán»,6 el último grado de dete- rioro físico y psíquico del ser humano en los campos, indiferente a la vida y a la muerte. Music ilustra aquella reali- dad de los campos en los que se despo- ja de su humanidad a los prisioneros para que, al transformarlos en cosas, puedan ser aniquiladas sin mayor difi- cultad ni necesidad de justificación. A veces se trata de cuerpos monumenta- les pero de gran sencillez, en los que apenas se aprecia el trazo de la tinta, lí- neas solo insinuadas. Incluso los retra- tos y los autorretratos se parecen cada vez más a los cuerpos de Dachau. Tes- timonio a través de la pintura que bus- ca poder sanar la herida, narrar el ho- rror para poder seguir adelante, al igual que lo hiciera Primo Levi, pero de otra manera que muchos otros artistas de la época. Music no se dirige hacia el ma- terial, hacia lo no figurativo: se aleja de Fautrier en el uso que el francés hace de la materia; se acerca a él, sin em- bargo, en la utilización del cuerpo co- mo si de materia se tratara. Music al- canza la fama en la década de los se- tenta, cuando su pintura se ha vuelto absolutamente esquemática, se ha re- ducido al mínimo, con una gama cro- mática que va del ocre al amarillo, tes- tigos de la barbarie. En 1960 se le otor- ga el premio de la UNESCO, pero su gran consagración le llega en 1995 gra- cias a la exposición que Jean Clair le organiza en el Grand Palais de París, una retrospectiva que reúne más de dos- cientas sesenta y una obras del artista. Zoran Music muere en Venecia el 25 de mayo de 2005 a la edad de 96 años. L.B.Ch.
Bibliografía
AA.VV., Zoran Music. De Dachau a Venecia [catálogo de exposición], Bar- celona, Fundación Caixa Cataunya, 2008; Clair, J., La barbarie ordinaria: Music en Dachau, Madrid, La Balsa de la Medusa, Antonio Machado Libros, 2007; Zoran Music, Exposición Anto- lógica [catálogo de exposición], Gori- zia, Palazzo Atems, 2003-2004.
Pablo Picasso
(Málaga 1881-Mougins 1973)
Pablo Ruiz Picasso nace el 25 de octu- bre de 1881 en Málaga. Es el primer hi- jo del matrimonio formado por José Ruiz Blasco y María Picasso López. Su padre es pintor y profesor en la Escue- la de Artes y Oficios. En 1891 la fami- lia se traslada a La Coruña; Pablo asis- te a las clases de su padre en la Escue-
la de Bellas Artes y demuestra un pre- coz talento. En 1895 se mudan a Bar- celona donde su padre logra plaza en la Escuela de la Llotja; Pablo entra di- rectamente en los cursos superiores tras superar un examen de ingreso. En 1897 obtiene una mención de honor en la Ex- posición Nacional de Bellas Artes por Ciencia y caridad. Ese mismo año se traslada a Madrid para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernan- do, pero regresa pronto a Barcelona. Frecuenta la cervecería Els Quatre Gats, relacionándose con los círculos modernistas de la ciudad. Viaja por pri- mera vez a París en 1900. Al año si- guiente es director artístico de la revis- ta Arte Joven en Madrid. De nuevo en París, expone por primera vez. En su obra, de paleta casi monocroma, apa- recen temas como la pobreza, la sole- dad o la vejez. Es su época azul, en la que produce obras como La vida (1903). Después de una temporada vi- viendo entre París y Barcelona, en 1904 se traslada definitivamente a la capital gala. Cambia su paleta y empieza la lla- mada época rosa. También cambian los asuntos que aborda, abundando los cir- censes, como en Familia de saltimban- quis (1905). Inicia una relación senti- mental con Fernande Olivier. En 1906, tras contemplar una exposición de es- cultura ibérica en el Louvre, viaja a Gó- sol, y desarrolla un primitivismo de ra- íz mediterránea. También se interesa por la escultura africana y tras múlti- ples ensayos finaliza al año siguiente Las señoritas de Avignon. Es un perio- do de búsqueda que culmina en 1909 con el desarrollo, en paralelo a Braque, del cubismo analítico. Continúa esta lí- nea de trabajo hasta evolucionar, a tra- vés de formas cada vez más abstractas, al llamado cubismo hermético. En 1912 descubre el collage al añadir materiales extrapictóricos a sus telas, pero el pa- so definitivo hacia el cubismo sintético se produce a partir de la experiencia con los papiers collés. En lo personal, Picasso abandona ese año a Fernande por Eva Gouel, quien fallece en 1915. Desde 1916 Picasso se embarca en el trabajo de escenógrafo y diseñador de vestuario de los Ballets Rusos de Diag- hilev. Así conoce a su nueva compañe- ra, la bailarina Olga Koklova, con la que se casa en 1918. A través del ballet entra en contacto con la alta sociedad. Desde 1920, sin abandonar totalmen- te el cubismo, Picasso desarrolla una nueva vertiente de su obra caracteriza- da por un retorno al clasicismo. Pinta obras como Mujeres corriendo en la playa (1922) o La flauta de Pan (1923). En 1921 nace su hijo Paul. En 1925 se produce una nueva evolución de su pin-
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