El festival es una muestra de la creación sonora experimental y tiene carácter interdisciplinar y transterritorial. Se celebra simultáneamente en diferentes ciudades repartidas por la geografía española (Barcelona, Bilbao, Madrid, Valencia y Granada) persiguiendo el propósito de reunir a una comunidad interesada en estas manifestaciones artísticas. Visitan el festival, gracias al apoyo del Programa PICE de Acción Cultural Española, Luis Alvarado (Perú), director del sello Buh Records y comisario del Festival de Improvisación Libre de Lima, el Festival Maquinaciones, "Ruidismos" y el Festival Internacional de Música Experimental "Integraciones"; Manuel Rocha (México), coordinador de la AARSOM (Asociación de Arte Sonoro Mexicana); Philippe Blanchard (Francia), director del Premio Russolo y del Festival "le bruit de la neige" en Annecy; y Antoni Pizà (EE.UU.), director de Foundation for Iberian Music de la City University of New York.
El Festival "Punto de Encuentro" ofrece desde 1990 un panorama diverso de la creación sonora experimental, al reunir algunos de los distintos itinerarios estéticos, generacionales y geográficos que concurren en el campo del arte sonoro y la música electroacústica. Por ejemplo, conciertos de carácter experimental provenientes de la música punk o 'noise' comparten programación con la tradición académica legada de la música contemporánea y electroacústica, y asimismo propuestas sonoras realizadas por artistas visuales comparten espacio con la tradición de la poesía sonora y de la performance.
El Festival "Punto de Encuentro" ofrece desde 1990 un panorama diverso de la creación sonora experimental, al reunir algunos de los distintos itinerarios estéticos, generacionales y geográficos que concurren en el campo del arte sonoro y la música electroacústica. Por ejemplo, conciertos de carácter experimental provenientes de la música punk o 'noise' comparten programación con la tradición académica legada de la música contemporánea y electroacústica, y asimismo propuestas sonoras realizadas por artistas visuales comparten espacio con la tradición de la poesía sonora y de la performance.